No hay nada difícil en cultivar ajo, pero algunos jardineros desentierran cabezas del tamaño de un puño, mientras que otros extraen del suelo frutos más pequeños que ciruelas.
El secreto está en un truco que los veraneantes experimentados repiten año tras año. Cultivan ajos del tamaño de una manzana sin mucho esfuerzo.
Cómo mejorar tu cosecha
El misterio no está en la alimentación y el riego especial. Se trata de un simple truco. El truco consiste en atar largas hojas verdes en nudos.
A primera vista, esto puede parecer un trabajo inútil. Pero resultó que así es como los veraneantes redirigen todos los recursos de la planta hacia las raíces.
Normalmente, los nutrientes aumentan. Se gastan en flechas, que con el tiempo se convertirán en una bola de inflorescencia.
Al colocar las hojas, los jardineros aumentan el tamaño de la fruta al menos entre un 30 y un 40%. Además, las cogollos se conservarán durante más tiempo, hasta la próxima cosecha.
Se cortan las flechas rizadas y luego, después de un par de semanas, se atan las hojas. Este truco se realiza aproximadamente 5-7 días antes de la cosecha.
La excepción son las plantas destinadas a producir semillas. En este caso no se corta ni se ata nada.