Los arbustos de tomate necesitan una buena alimentación para que los frutos sean grandes, dulces y sabrosos.
Los tomates cultivados en condiciones de invernadero requieren más atención y alimentación que los cultivados en campo abierto.
Reglas principales:
- No se pueden plantar tomates después de las solanáceas.
- Es mejor plantar tomates después del repollo, las legumbres y varias verduras.
- Es necesario abonar con abonos minerales y orgánicos.
- No agregue estiércol fresco, de lo contrario las plantas pueden infectarse con microflora patógena.
- Afloje y amontone la tierra alrededor de los arbustos con regularidad.
- Hasta el final del período de fructificación, es necesario alimentar las plantas cada dos semanas y tratarlas contra plagas y enfermedades.
Signos de falta de alimentación:
Si la planta no tiene suficiente nitrógeno, el crecimiento de las hojas y del tallo de la cabeza se ralentiza y aparece un color amarillento.
La falta de fertilizante potásico afecta las hojas de las plantas, aparecen manchas de color marrón amarillento y las hojas se curvan en los extremos.
Las verduras adquieren un tinte marrón.
El fertilizante con fósforo es necesario para el crecimiento de las plantas.
Con su deficiencia, este proceso se detiene y los tomates adquieren un color verde azulado y grisáceo.
Si aparece alguno de estos signos, es necesario alimentar urgentemente a las plantas.
Suplementos minerales:
- Urea: 5-6 gr. por 1 metro cuadrado metro.
- Sal potásica: 6-10 gr.
- Superfosfato doble: hasta 25 g.
Abonos orgánicos:
Infusión de excrementos de pájaro: 100 gr. por 1 metro cuadrado metro.
Durante el período de floración se pueden añadir estimulantes del crecimiento. En condiciones de invernadero, los tomates necesitan fertilizantes minerales.
Después de agregar fertilizante, los arbustos se riegan abundantemente.
- Primera toma: nitrato de amonio 15-20 g, superfosfato 45-50 g. y cloruro de potasio 10 g. La fertilización se realiza entre 7 y 10 días después de plantar las plántulas en el suelo.
- Segunda alimentación: superfosfato 80 g, salitre 30 g. y potasio 25 g. La fertilización se aplica cuando aparecen el primer y segundo orden de frutos.
- Tercera toma: superfosfato 80 g, salitre 40 g. y potasio 30 gr. Alimente en el momento del llenado de frutas.
Una vez al mes es necesario fertilizar los tomates foliarmente: sulfato de manganeso 4 g, ácido bórico 3 g, sulfato de cobre 2 g. y sulfato de zinc 2 g. También son adecuados los fertilizantes orgánicos. Puede ser una solución de humus podrido y agua en una proporción de 1:4 o excrementos de pájaros en una proporción de 1:10. Si se siguen estas reglas, la cosecha será abundante y los frutos dulces y sabrosos.