Todo residente de verano sueña con obtener una cosecha abundante y sana en su parcela.
Pero al cosechar, es posible que observe problemas de los que el jardinero no era consciente antes.
Sucede que no hay rastros de plagas en los frutos, pero la pulpa todavía está saturada de goma y aparecen gotas en la superficie. Esto indica que la planta ha sido infectada con un virus.
La enfermedad en sí se transmite por plagas, a menudo pulgones. A veces incluso puedes comprar una plántula ya infectada.
Por eso es importante el trabajo preventivo en el jardín.
Es necesario comprobar periódicamente los árboles frutales en busca de infecciones y plagas para poder empezar a solucionar el problema a tiempo.
Si no se hace esto, el virus puede propagarse e infectar a otros árboles frutales.
Es simplemente imposible curar un árbol infectado en el jardín, como señalan los residentes de verano experimentados.