A nadie se le ha ocurrido todavía un mejor remedio contra las babosas que mantener el orden en una cabaña de verano.
Si recordamos la ley de conservación de la energía, tan pronto como el residente de verano mate a todos los parásitos en el jardín, serán reemplazados por crías de la parcela vecina, o al menos crías nacidas.
Te contamos qué hay que hacer en primavera para que en verano no tengas que perder la cabeza por la invasión de plagas de gasterópodos.
En este momento ya no se pueden utilizar productos químicos. Por tanto, la única esperanza es la disciplina personal y las trampas.
Trampa para babosas
La opción más sencilla son los vasos de plástico o trozos de botellas de plástico, que se entierran al ras del suelo y en su interior se vierte cerveza, jarabe de miel (azúcar) o kvas.
Las plagas hambrientas durante el invierno se arrastrarán hacia el aroma, pero una vez dentro, ya no podrán salir.
Las trampas deben vaciarse por la mañana y por la noche, mientras se renueva el cebo.
De esta forma, durante la primavera se puede reducir significativamente la población de babosas en el sitio y, al mismo tiempo, minimizar el riesgo de que los individuos adultos dejen crías.
Como referencia, una babosa adulta deja de 5 a 40 huevos, que no temen ni a los productos químicos ni a la congelación.
Entonces solo queda controlar la humedad en las camas, eliminar los escombros (construcción y plantas) de manera oportuna, evitando así que la plaga se establezca firmemente en su sitio.