Las rosas en flor son las plantas más hermosas y elegantes que tienen un aroma inusual.
Hay una gran cantidad de tipos de rosas y la paleta de colores en general sorprende por su belleza insuperable. Hoy en las tiendas online puedes comprar rosas en blanco, amarillo, rojo, azul y muchos otros tonos multicolores.
Como se trata de una planta muy frágil, es necesario cuidarla con cuidado, porque las plagas y diversas enfermedades la "aman" mucho.
Como resultado, comienzan a marchitarse y dejan de florecer.
Además, los rosales pueden sufrir de falta de elementos útiles en el suelo, especialmente calcio. Por lo tanto, para rejuvenecer el arbusto y restaurar el crecimiento de los brotes jóvenes, es necesario fertilizarlo con una solución de bicarbonato de sodio común.
Ingredientes
- Agua limpia - 5 litros.
- Bicarbonato de sodio - 1 cucharadita.
- Amoníaco - 0,5 cucharadita.
- Sulfato de magnesio - 1 cucharadita.
Método de preparación y uso.
Llena el recipiente con agua, disuelve el bicarbonato de sodio y mezcla todo con amoniaco y sulfato de magnesio.
Pulverizar rosales
Tome una botella con atomizador, llénela con esta solución y trate bien el arbusto.
No realizar este procedimiento en un día soleado cuando las hojas estén expuestas a la luz solar directa, porque pueden quemar la planta tratada. Es mejor hacer esto por la mañana o por la noche.
Dentro de 14 a 21 días, las ramas jóvenes comenzarán a crecer en los arbustos y luego los botones florales.
Al tratar los rosales con esta solución, preste atención a varios matices:
- siga estrictamente las proporciones de la receta propuesta;
- primero retire las hojas y ramas viejas y secas de la planta, si están mojadas, séquelas;
- si se encuentran plagas en las flores, vierta 1 cucharadita de jabón líquido para lavar ropa en la solución para destruirlas;
- Después de un mes, se puede repetir el procedimiento si no se obtuvo el resultado deseado la primera vez.
Sin embargo, cuando el hongo haya afectado gravemente a la planta, no rociar la planta con esta solución para no empeorar su estado. Si viola los estándares de dosificación, puede perder el rumbo.