Al plantar ajo, es importante tener en cuenta un matiz clave que determinará en gran medida la cosecha futura.
Fertilizar, regar, quitar malezas, tratar plagas y otros trabajos serán en vano si no se tienen en cuenta las reglas de rotación de cultivos.
Hay una serie de plantas que no le gustan al ajo. Esto significa que es mejor dar las camas después de estos cultivos a otras plantaciones y buscar otro lugar para el ajo.
Entre los "predecesores" que el ajo no tolera se encuentran las zanahorias. Los jardineros experimentados han notado que al ajo le crecen cabezas pequeñas si crece en el área después del tubérculo de naranja.
Esto se explica por el hecho de que las zanahorias saturan el suelo con aceites que afectan negativamente al ajo.
No se puede plantar ajo en el mismo lugar año tras año. Puedes replantar el cultivo en el mismo lecho si han pasado al menos 3 años.
Los jardineros experimentados no recomiendan plantar ajo después de cebollas y flores. Al elegir un lugar para una cama de jardín, los jardineros se guían por una regla simple. Alterna plantas que tengan frutos bajo tierra con cultivos que crezcan “hacia arriba”.