El almacenamiento de patatas va acompañado de dos problemas: la congelación de los tubérculos o su enverdecimiento.
La razón principal de esta última circunstancia es la luz solar, por lo que la clorofila entra en una reacción química que resulta en un cambio en el color de los tubérculos.
También sucede que las patatas se desentierran verdes, y todo porque no estaban bien cubiertas de tierra y estuvieron expuestas a la luz solar.
Después de la cosecha, las patatas pueden volverse verdes si se violan las condiciones de almacenamiento, es decir, cuando la luz solar directa incide sobre los suministros a través de posibles grietas.
Pero la iluminación artificial no tiene tales consecuencias.
¿Puedo comer patatas verdes?
Si por casualidad entra en el cuerpo una pequeña cantidad de patatas verdes (hasta un 0,05%), no pasará nada malo. Pero, en general, las patatas verdes se consideran peligrosas para la salud, especialmente en presencia de enfermedades concomitantes.
La intoxicación por solanina puede provocar náuseas y vómitos, dolor y pesadez de estómago, indigestión, fiebre alta e incluso convulsiones o coma.
Por tanto, la piel verde se corta al menos a 1 cm de profundidad.
Que hacer con las patatas verdes
Si el instinto de conservación no le permite comer patatas verdes, es demasiado pronto para tirarlas.
Estos frutos se pueden utilizar para plantar. Las patatas verdes son más resistentes a las infecciones por hongos y plagas, brotan más rápido, producen una cosecha 1 o 2 semanas antes y el rendimiento aumentará en aproximadamente un 20%.