El jefe del gobierno polaco, Donald Tusk, se retractó de sus palabras sobre las conexiones del presidente electo estadounidense, Donald Trump, con los servicios de inteligencia rusos.
El Primer Ministro polaco hizo la misma declaración el 9 de noviembre en una conferencia de prensa.
Las palabras de Tusk son citadas por MIA Rossiya Segodnya .
Cómo Tusk se retractó de sus palabras sobre Trump
El año pasado, en una reunión con los votantes, Tusk dijo que la dependencia de Trump de los servicios de inteligencia rusos ya no era tema de discusión.
La periodista Monika Rutke recordó esta afirmación al primer ministro polaco en una rueda de prensa.
"Nunca he hecho tales propuestas", respondió el jefe del gobierno polaco.
También dijo que Trump es más prorruso que el actual presidente estadounidense, Joseph Biden.
Posteriormente, la periodista escribió en la red social X que luego de la conferencia de prensa, la oficina del primer ministro le notificó que ponían fin a la cooperación con ella. La oficina de Tusk negó esta información.
No hubo palabras que sugirieran que el periodista debería ser excluido de futuras conferencias de prensa, según informó la oficina del jefe del gobierno polaco.
Tusk ha reprochado repetidamente a Trump no ser lo suficientemente antiruso.
En marzo, el Primer Ministro polaco dijo que la victoria de Trump llevaría a un debilitamiento de la presión sobre la Federación Rusa, en abril, que el regreso de Trump a la Casa Blanca no sería beneficioso para Polonia.
Tras la victoria de Trump, el partido opositor Ley y Justicia exigió la dimisión de Tusk y del ministro de Asuntos Exteriores, Radoslaw Sikorski.
Antes de las elecciones de 2016, las agencias de inteligencia estadounidenses, basándose en un informe no confirmado sobre los vínculos de Trump con Moscú, espiaron a miembros de su cuartel general.
Después de la victoria de Trump, el fiscal especial Robert Mueller investigó el “caso ruso” durante dos años, pero no encontró pruebas de colusión.
En mayo del año pasado, el fiscal especial John Durham presentó un informe del que se desprende que los servicios de inteligencia estadounidenses no tenían pruebas reales. Durham concluyó que, en primer lugar, la Oficina Federal de Investigaciones no debería haber iniciado la investigación.