Imagine un interior donde los suelos de baldosas y laminados se fusionan en una sola línea y la mirada se desliza sobre una superficie perfectamente lisa sin detalles innecesarios.
Anteriormente, tal efecto parecía inalcanzable: los umbrales y los compensadores de corcho dejaban transiciones notables, alterando la armonía del espacio.
Pero hoy ha surgido un método que cambia las reglas del juego.

¿Por qué los métodos antiguos ya no funcionan?
Las tradicionales juntas de expansión de corcho requerían un ancho de junta de 10 mm y su paleta limitada obligaba a la gente a aceptar tonos desiguales.
Los umbrales, aunque ocultaban las juntas, añadían “ruido” visual, sobre todo en interiores minimalistas.
Ambas opciones eran inferiores en estética, convirtiendo los pisos en un lienzo de patchwork.
El secreto para una transición perfecta: un sellador de nueva generación
La solución fue un sellador de primera calidad, que se aplica en una capa fina (1-2 mm) y combina perfectamente con el color del revestimiento.
Su flexibilidad y resistencia a las cargas permiten unir no sólo laminados y baldosas, sino también vinilos de cuarzo y parquet.
Incluso en zonas difíciles, por ejemplo, a lo largo de ventanas panorámicas sin rodapiés, dicha costura permanecerá invisible.
¿Donde funciona?
La tecnología es adecuada para proyectos modernos donde las líneas limpias son importantes.
Combine baldosas de porcelana y madera de ingeniería en un estudio de planta abierta o cree una transición entre la cocina y la sala de estar mientras mantiene un solo nivel de piso.
Hable sobre esta opción con el maestro antes de comenzar a trabajar y el interior adquirirá ese aspecto tan "caro" que tanto se aprecia en las revistas de diseño.
Ya no es necesario sacrificar el estilo por la practicidad. Los materiales modernos demuestran que la belleza y la funcionalidad pueden ir de la mano.