El método de zonificación más simple y común es dividir una habitación en partes mediante muebles.
Para ello, como afirma la experta de la publicación BelNovosti, la diseñadora Yulia Tychino, se puede utilizar un armario, un sofá, una estantería o cualquier otro mueble.
Lo cierto es que este método sólo se puede utilizar cuando se trata de estancias grandes.
Si hablamos de una habitación pequeña, estas particiones verticales parecen demasiado engorrosas. Debido a que el centro visual se desplaza hacia ellos, la vivienda inmediatamente se vuelve desproporcionada, sobrecargada y no se siente cómoda.
Pero estas no son todas las desventajas: quizás la principal desventaja de este método es que los muebles como partición quitan preciosos metros cuadrados a los propietarios de la habitación.
Si no tiene suerte y tiene una habitación pequeña a su disposición, utilice el color para dividir la habitación.
Pinta la parte de la pared detrás del sofá de un color que contraste para separar esta zona del resto del espacio. También puede seleccionar una zona de trabajo o de comedor.
Otra opción valiosa son los escenarios de iluminación: las fuentes de luz ayudarán a resaltar los elementos necesarios del interior.
Si desea dividir la habitación en dos partes físicamente y no visualmente, coloque una cornisa en el techo y cuelgue una cortina. Dentro de uno obtendrás dos habitaciones pequeñas: por ejemplo, un dormitorio y una sala de estar o un recibidor y un despacho.
En cualquier momento podrás correr la cortina y volver a unir el espacio. Además, los textiles no engordan la habitación, sino que, por el contrario, la iluminan.