En nuestra época turbulenta, las opiniones sobre los objetos cotidianos están cambiando tan rápidamente que lo de ayer de repente pasa de moda y los diseñadores simplemente se vuelven locos con los objetos de una época olvidada.
Y ahora existe la posibilidad de mirar el entrepiso o el armario de tu abuela.
Allí puede encontrar muchos artículos interesantes para la renovación y renovación de interiores.
Alfombras
Los ciudadanos soviéticos alguna vez fueron estigmatizados por su costumbre de colgar una alfombra en la pared de cada habitación y otra en el suelo. Por eso las alfombras como revestimiento de suelos ya están de moda. No pasa una hora antes de que empiecen a decorar las paredes así de nuevo.
Muebles
Todo aquel que visitó a su abuela cuando era niño tiene recuerdos de maravillosos sillones con respaldo bajo y patas de madera que se convierten en reposabrazos. Dicen que vuelve a estar de moda. Es posible que sea necesario reemplazar la tapicería y reacabar el barniz, pero en general es un artículo digno de respeto.
Platos
Afortunados fueron los que no trajeron a la casa de campo vasos, ensaladeras y bomboneras de cristal con maravillosas tallas. El cristal siempre ha sido el orgullo de un ciudadano soviético y ocupó el lugar más destacado como símbolo del bienestar familiar. No se trata sólo de platos fabricados con material de alta calidad, sino también de una forma de crear una atmósfera especial durante las reuniones amistosas.
Bloques de vidrio
Érase una vez este material se utilizaba principalmente en baños. Ahora los bloques de vidrio no dudan en utilizarlos en los apartamentos para crear un interior más ligero. En definitiva, ya no es una reliquia. En un apartamento moderno quedarán geniales en la cocina y el baño.
Parquet
Aquí hay algo que no está sujeto a las tendencias de la moda. El parquet de roble no se puede comparar con laminados, baldosas y otros revestimientos sintéticos. Deshacerse del parquet es imperdonable y una temeridad. Queda genial en el salón, el dormitorio e incluso en el pasillo.
Puede ser que a algunas cosas haya que darles una segunda vida, pero cuando son cosas con historia, ¡vale la pena!