Si, en un esfuerzo por perder peso, excluye por completo algún producto (en este caso, productos de harina) de su dieta, lamentablemente no podrá aguantar por mucho tiempo.
Al principio, una persona aguantará, pero tarde o temprano sucumbirá a la tentación y comerá una gran cantidad de productos horneados, lo que, por supuesto, afectará negativamente no solo a su figura, sino también a su salud.
Por tanto, es mejor encontrar un sustituto saludable de los productos de harina blanca.
En lugar de hacer (o comprar) productos horneados con harina de trigo blanca, considere la harina integral o de trigo integral.
Alternativamente, utilice harina elaborada con otros cereales, como harina de trigo sarraceno, maíz, avena o sorgo.
Asegúrese de intentar cocinar platos con harina de arroz; es adecuada incluso para personas diagnosticadas con intolerancia al gluten.
Pero también sucede que, por alguna razón, las personas se ven obligadas a excluir completamente los productos de harina de su dieta.
En tal situación, la harina elaborada con nueces o plantas herbáceas será de ayuda.
Los amantes de un estilo de vida saludable utilizan diferentes tipos de harina: amaranto, quinua, teff, coco, nuez, frijol, lino, plátano, dátil, calabaza y zanahoria.
Todas estas harinas son ricas en fibra dietética, vitaminas y minerales y no provocan resistencia a la insulina.
Lo principal es elegir el sabor (mediante prueba y error, claro) que más te guste.