Probablemente cada uno de nosotros haya sufrido estrés al menos una vez. Las emociones negativas, como la preocupación, la ansiedad, la tristeza y otras, muchas veces nos hacen comer mucho más.
Si tal "acción" ocurre una vez, entonces no hay razón para preocuparse, pero si comer en exceso se ha vuelto sistemático, debe tener cuidado.
Para superar esta adicción, los psicólogos aconsejan utilizar un enfoque integrado.
Esto significa que hay que aprender a reconocer el hambre física, encontrar las razones por las que el estómago está lleno y llevar un diario de alimentos.
Además, las técnicas de relajación pueden venir en tu ayuda.
Implican que debes reducir conscientemente tus niveles de estrés. Trate de dormir lo suficiente, incluya al menos una pequeña actividad física en su vida y camine al aire libre.
Quizás la meditación o el incienso casero te convengan, o quizás los baños relajantes sean tu “varita mágica”. Todo lo anterior ayuda a aliviar el estrés.
Además, asegúrese de hacer 2 listas.
En uno enumera aquellas cosas que te llenan de energía, y en el segundo, aquellas que te la quitan.
Intente consultar la primera lista con la mayor frecuencia posible y minimice los recuerdos de la segunda.
Anteriormente te contamos cuánta mantequilla puedes comer al día.