“Cuando lo pruebas, entiendes lo que comen los ángeles”, así hablaba Mark Twain sobre las sandías.
¿Qué es una sandía? Algunos botánicos la consideran la baya más grande, mientras que otros la definen como un miembro de la familia de las calabazas. La sandía tiene muchas propiedades beneficiosas.
Lyudmila Artyushkevich, médica del centro médico HappyDerm, habló en detalle sobre los beneficios de la sandía, sus principales propiedades y contraindicaciones.
¿Qué necesitas saber?
La sandía se compone de un 90% de agua. Su pulpa prácticamente no contiene proteínas ni grasas, pero abundan los carbohidratos de descomposición rápida. Esta fruta sacia idealmente la sed en un día caluroso sin dañar la figura. Dicen que un trozo de sandía puede calmar la sed igual que dos vasos de agua.
La sandía contiene pequeñas cantidades de vitaminas, pero la riqueza en minerales lo compensa. El alto contenido de magnesio favorece la absorción normal de calcio, sodio y potasio, lo que tiene un efecto beneficioso sobre los sistemas cardiovascular y esquelético.
La pulpa roja de la sandía tiene un alto contenido en antioxidantes que combaten los radicales libres, ralentizan el proceso de envejecimiento, resisten el desarrollo del cáncer, reducen la probabilidad de enfermedades cardíacas, estabilizan la presión arterial, tienen un efecto antiinflamatorio y fortalecen el sistema inmunológico. .
La sandía contiene fibra dietética suave que promueve una digestión saludable y estimula la motilidad intestinal.
El alto contenido de agua hace que la sandía sea un excelente remedio para la terapia urinaria y colerética. El jugo de sandía puede limpiar el hígado y los riñones de toxinas y desechos.
¿Cuándo deberías evitar la sandía?
La mejor época para comer sandías es agosto y septiembre. Antes de que comience este período, la maduración acelerada de la fruta puede ser provocada por aditivos químicos, lo que conllevará un riesgo de intoxicación.
No olvide que las sandías crecen en el suelo y requieren un procesamiento cuidadoso antes de su consumo. No es deseable comprar frutas dañadas o cortadas; se debe evitar el almacenamiento prolongado de sandías cortadas fuera del refrigerador.
Las personas que padecen enfermedad renal crónica o diabetes deben consumir sandía con moderación. Todo esto también se aplica a las personas sanas, porque un consumo excesivo no traerá nada bueno.