Se recomienda limpiar la chimenea al menos una vez al año.
Y si el equipo de calefacción se utiliza de forma intensiva, es posible que sea necesario limpiarlo con más frecuencia.
Te contamos por qué necesitas limpiar tu chimenea periódicamente y cómo hacerlo correctamente.
Cómo limpiar una chimenea
La limpieza regular de la chimenea es necesaria por varias razones.
Primero, seguridad. El hollín y la creosota que se acumulan en la chimenea son sustancias inflamables que pueden provocar un incendio.
En segundo lugar, una chimenea obstruida provoca un tiro deficiente, lo que reduce la eficiencia del equipo de la estufa.
Además, una limpieza oportuna previene la corrosión y daños a la chimenea, prolongando su vida útil.
Lo mejor es contactar con especialistas; esta es la forma más eficaz y segura.
La forma más sencilla de limpiar una chimenea usted mismo es con productos comprados en tiendas para eliminar el hollín y el hollín.
También puedes recurrir a remedios caseros. Por ejemplo, puedes echar al fuego una pequeña cantidad de sal de mesa.
Además, puedes utilizar cáscaras de patatas, corteza de pino y cáscaras de nueces.