Al lavar, muchas personas están acostumbradas a configurar la máquina a una temperatura estándar de cuarenta grados.
Esto es ciertamente conveniente, pero el hecho es que este régimen de temperatura no es adecuado para todas las cosas.
Si carga productos sintéticos o de algodón en la unidad, no hay problema. Pero aún así, las etiquetas de muchas prendas de vestuario indican un ciclo de lavado recomendado de 30 grados.
Esto se debe al hecho de que hoy en día casi todos los detergentes en polvo de alta calidad pueden eliminar eficazmente la suciedad a estos mismos 30 grados.
Además, ahorramos energía si no calentamos el agua 10 grados más en vano.
También vale la pena saber que lavar a temperatura más baja ayuda a reducir el desgaste de los tejidos, aumentando así la vida útil de la ropa.
Entre otras cosas, no debemos olvidar que algunos tejidos no se pueden lavar a temperaturas superiores a 30 grados. Por ejemplo, lana natural y seda.
Si los envía a cuarenta grados, simplemente puede arruinar el producto (la lana perderá su forma, la seda perderá su excelente apariencia).
Además, las prendas con bordados y aplicaciones deben lavarse con cuidado (a 30 grados).
Pero hay ocasiones en las que es necesario lavar a temperaturas superiores a los 40 grados. Esto es cuando las cosas están muy sucias y tienen manchas difíciles. Es aceptable desde 60 grados, incluso 90.
Sin embargo, para no correr riesgos, debes tener en cuenta las recomendaciones del fabricante en la etiqueta, que también indica la temperatura deseada para lavar esta prenda.