El borde del inodoro está lejos de ser el lugar más sucio de la casa.
La próxima vez que limpie, preste atención a los lugares que se enumeran a continuación: son un verdadero caldo de cultivo para gérmenes y bacterias.
Cortina de ducha
Un paraíso para las bacterias es una habitación húmeda y cálida. El baño cumple con todos estos requisitos. Las cortinas de ducha de vinilo contienen los microorganismos más dañinos, por lo que se recomienda cambiarlas cada mes y también cuidarlas adecuadamente: secarlas en posición horizontal después de cada uso del baño.

Por cierto, al elegir entre cortinas de vinilo y de tela, dé preferencia a estas últimas: son menos susceptibles al predominio de bacterias y el cuidado consiste en lavarlas a máquina regularmente cada dos semanas.
cabezal de ducha
No se acumulan microorganismos menos dañinos en la superficie interior del cabezal de ducha.
Para evitar que entren en contacto con tu cuerpo junto con el chorro de agua, desinféctalos cada semana con una solución de refresco o un producto especial.
Rejilla de ventilación
Otro “bocadillo” para las bacterias es la rejilla de ventilación, que inevitablemente se cubre de polvo durante su funcionamiento. Como resultado, puede provocar tos o incluso asma.
Para evitar que esto suceda, limpie la parrilla con agua y jabón y una toallita con alcohol a medida que se ensucie.
teclado de computadora
Existe la opinión de que si sacudes el teclado, puedes comerte una galleta entera, y esto realmente tiene derecho a existir, porque a muchos de nosotros nos gusta comer algo frente a la computadora. Además de las migas, entre las teclas se acumula polvo, creando así las condiciones adecuadas para el crecimiento de bacterias.
Limpia tu teclado regularmente con una aspiradora o gel especial.
tabla de cortar
La tabla de cortar es una fuente de bacterias peligrosas que llegan aquí durante el corte de alimentos crudos.
Para no poner en riesgo su propio bienestar, utilice tablas de cristal para pescados y carnes, y tablas de madera para otros productos. Y no olvides tratarlos periódicamente con vinagre, refrescos, peróxido de hidrógeno u otros antisépticos.