En vísperas del Año Nuevo, los ciudadanos compran naranjas cada vez con más frecuencia y de forma más activa.
Por desgracia, incluso en las tiendas a menudo te encuentras con cítricos de baja calidad, a veces tan duros que no puedes llevártelos a la boca.
Para no equivocarte con tu elección, te contamos a qué debes prestar atención en primer lugar.
Los expertos dicen: una naranja fresca tiene un olor distintivo. También debe quedar duro y liso.
Si la fruta está un poco blanda al tacto, no significa que la calidad sea mala.
Este letrero indica que llegó al mostrador después de un almacenamiento prolongado.
También vale la pena inspeccionar la piel de naranja: debe ser uniforme y brillante.
Si tiene daños, pero la piel de este lugar se ha tensado, este factor no afectará la calidad.
Las naranjas no maduran después de la recolección. Por lo tanto, si te encuentras con uno amargo, no debes comprar más en la misma tienda hasta un nuevo lote.
Por cierto, si las naranjas se almacenan correctamente, pueden permanecer en buenas condiciones durante varias semanas.
Debe almacenarse en un lugar fresco y bien ventilado, alejado de fuentes de calor y humedad, y también separado de otras frutas.