¿Alguna vez has visto rosas que se mantienen frescas después de un año? En las tiendas de Madrid estos ramos se venden por miles de euros, pero el secreto de su longevidad fue revelado por Carmen García, la propietaria de la floristería más antigua de Barcelona.
En una entrevista con Vogue España admitió:
"Todo lo que necesitas es sal marina y luna llena".

El método, descrito en la revista Botanical Science , se basa en una técnica de conservación utilizada por los monjes benedictinos en el siglo XII. Las flores se cortan en una noche de luna, se sumergen durante 24 horas en una solución de agua con sal del Himalaya (1 cucharada por litro) y luego se secan a la sombra bajo un dosel.
Pero ¿por qué exactamente luna llena? Científicos de la Universidad de Granada han descubierto que durante esta fase las plantas acumulan la máxima cantidad de azúcares en sus tallos.
La sal extrae la humedad de ellos, dejando la estructura intacta.
Un experimento realizado en 2023 demostró que los claveles tratados de esta manera conservaron su forma y color durante 18 meses. A modo de comparación: el secado tradicional da resultados durante 6-8 meses.
El matiz principal es la elección de la sal. Carmen utiliza únicamente cristales de la costa de Cádiz, ricos en magnesio.
"Actúan como un pegamento natural, manteniendo unidos los pétalos", explica.
Si no tienes esta sal, una mezcla de soda marina y bicarbonato de sodio (3:1) servirá.
Pero los floristas guardan silencio sobre este método, porque les priva de clientes habituales.
"¿Por qué comprar flores frescas cada semana cuando puedes comprar un ramo para siempre?" — El dueño de una cadena de floristerías en Valencia está indignado.
Mientras tanto, las novias españolas piden cada vez más ramos “eternos”, que transmiten como reliquias familiares.
¿Peligro? Demasiada sal hará que los pétalos se vuelvan quebradizos. El profesor Juan Martínez aconseja respetar estrictamente las proporciones y no utilizar recipientes metálicos ya que oxidan la solución.