Sería un error pensar que el desodorante sólo ayuda a eliminar el desagradable olor a sudor.
Hay otras formas de usarlo, aunque no estándar, que brindan resultados realmente sorprendentes.
Lo aplicamos a las paredes.
Si su hijo accidentalmente (o tal vez a propósito) dejó una marca en la pared, no se asuste. El desodorante te ayudará a afrontar este problema.
Aplícalo sobre un algodón y limpia la superficie donde quedan restos del marcador, luego déjalo reposar unos minutos.
Solo queda limpiar la mancha con un paño seco o una esponja. El desodorante suavizará la tinta y facilitará la eliminación de la mancha. Repite el proceso hasta que el marcador desaparezca por completo.
Lubricar las puertas
Otro problema que el desodorante puede solucionar es el chirrido de la puerta.
Las amas de casa experimentadas te lo aseguran: basta con rociar una pequeña cantidad de antitranspirante en las bisagras de la puerta y abrir y cerrar la puerta varias veces.
Gracias a los aceites del desodorante, los chirridos desaparecerán, las puertas serán más fáciles de cerrar y las piezas metálicas quedarán protegidas de la corrosión.