Muchas personas ignoran el estado de su ropa de cama durante años y luego se sorprenden al no poder dormir bien por la noche.
Una mala almohada claramente no contribuye a un sueño confortable, conciliar el sueño rápidamente y despertarse con facilidad.
Pero, ¿cómo saber cuándo es el momento de comprar un producto nuevo?
¿Qué señales indican que la almohada ya no se puede “salvar”?
La almohada ha perdido su forma.
Si la ropa de cama se ha vuelto demasiado plana y no se "corrige", no dude en tirarla.
Haga lo mismo si la almohada se ha vuelto desigual y le resulta difícil volver a su forma original.
Un producto así ya no será de ninguna utilidad. Sólo interferirá con el sueño normal.
La almohada empezó a oler mal.
La aparición de un olor desagradable en la ropa de cama es una muy mala señal.
Si el lavado no solucionó realmente el problema, entonces ni se te ocurra quedarte con esa almohada.
Puede dañar su salud.
Han pasado muchos años desde la compra.
O es posible que no se centre en absoluto en el estado del producto.
Tiene sentido seguir esta estrategia: tirar la almohada después de un determinado número de años.
La ropa de cama con relleno natural debe conservarse durante un máximo de 2 años.
Si hablamos de un producto relleno de material sintético, vale la pena comprar uno nuevo después de 5 años.
No tienes nada que perder tirando almohadas tan viejas (aunque parezcan estar en buenas condiciones). Al contrario, te protegerás de posibles dificultades y peligros.
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