Las fresas ya han aparecido en mercados y tiendas. Muchos, extrañando el manjar que les da la tierra, se apresuran a comprar bayas.
Pero al hacerlo, estas mismas personas corren riesgo: las fresas tempranas pueden contener una cantidad de nitratos mucho mayor que la permitida.
¿Por qué? Porque estimulan el crecimiento introduciendo grandes volúmenes de fertilizante.
A continuación, te contamos las señales que definitivamente te harán saber que las fresas contienen nitratos y, en consecuencia, es mejor negarse a comprarlas.
Es importante tener en cuenta aquí: si cada signo individual en sí mismo no es una "oración" y, dicho sea de paso, puede ser inexacto, lo más probable es que todos juntos "digan" la verdad: las bayas contienen una gran cantidad de nitratos.
La primera señal es el enorme tamaño de la fresa. Incluso en variedades grandes, además de las bayas grandes, las hay medianas y pequeñas.
Por tanto, si el vendedor te ofrece todas las fresas de tamaño extremadamente grande, debes preocuparte.
El segundo signo es un tallo pálido y hojas en su base. Estas partes deberían quedar ricas.
El tercer signo es la carne pálida. Como regla general, este es el caso de aquellas bayas que la planta produjo como resultado de un riego abundante y una alimentación excesiva con fertilizantes.
El cuarto signo es la falta de aroma. El olor de las fresas no sólo es agradable, sino que indica que ha recibido suficiente sol y calor.
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