Estamos de acuerdo en que un buen rodillo de pintura no es barato, pero no debes escatimar en él: con el cuidado adecuado te servirá durante muchos años.
Quizás solo haya una excepción: el rodillo de espuma, que es más fácil desechar que limpiar la pintura. Incluso si lo logra, cuando el rodillo se seque, se rayará y aplicará pintura en capas desiguales.
Hoy lo invitamos a familiarizarse con los métodos que lo ayudarán a limpiar esta herramienta de uno de los tipos de pintura más comunes: la soluble en agua.
Nota importante: cuanto antes comiences el paso de limpieza, menos esfuerzo tendrás que realizar.
Comencemos con pintura fresca. Para eliminar sus restos basta con retirar el cilindro del mango y enjuagar con agua corriente durante diez minutos. El líquido debe estar frío.
Una vez que veas que el agua ha dejado de cambiar el color de la pintura, exprime el rodillo y déjalo “solo” para que se seque.
¿Qué hacer si la pintura ya se secó? No menos simple: el rodillo debe dejarse en remojo en agua, cuya temperatura es de aproximadamente 40 grados.
Como resultado, la pintura se ablandará y eventualmente se desprenderá por sí sola.
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