Muchos ciudadanos se preguntan qué hacer con las cáscaras de los benditos huevos de Pascua.
La respuesta la dio el rector de la Iglesia de la Intercesión de la Santísima Virgen María en Gorodnya, profesor asociado de la Academia Teológica de Moscú, el arcipreste Pavel Velikanov.
Invita a las personas preocupadas por este tema a pensar “qué hacer con esos paquetes y bolsas en las que trajeron estas tortas de Pascua, ese asfalto sobre el que cayeron gotas de agua bendita y el aire en general”.
"Infección sagrada"
El profesor asociado advirtió: si se trata la santificación como una especie de “infección sagrada”, no se encontrará una salida al callejón sin salida.
Llamó a comprender el hecho de que la bendición y la consagración no convierten las cosas en un objeto “que tenga un grado de peligro de radiación espiritual”.
Este es “el regreso al objeto de ese propósito divino original que el pecado destruye”, cita al sacerdote MIA Rossiya Segodnya.
Y añadió: el agua consagrada tampoco adquiere propiedades adicionales que no puedan interpretarse “desde el punto de vista de la naturaleza”.
Según el abad, la gente no tiene dudas sobre dónde poner el agua bendita en el río.
Conservamos esta agua como un santuario, porque es agua real, que actúa para la salud del alma y del cuerpo de una persona”, señaló.
Entonces, ¿qué hacer con el caparazón?
El arcipreste resumió su razonamiento con la siguiente recomendación: los creyentes pueden disponer del caparazón mencionado anteriormente a su propia discreción.
Por ejemplo, si es un “comida” para alguien, el sacerdote no está en contra de que el huevo se coma junto con la cáscara.
Pero si para usted es sólo un caparazón que ha cumplido su tarea y después puede simplemente tirarlo, tírelo al contenedor de basura más cercano y no se avergüence de nada, Pavel Velikanov le dio este consejo.
Anteriormente te contamos qué puedes y qué no consagrar en Semana Santa.