Si las manchas no son demasiado graves, un lavado regular a máquina será suficiente. Pero para ello necesitarás lejía sin cloro.
Es aconsejable dar preferencia a los agentes oxigenados que sean adecuados para diferentes tejidos.
Los textiles blancos y claros hechos de telas naturales se pueden lavar a una temperatura de 90 grados, pero para las prendas de color la temperatura debe ser inferior: 60 grados.
Si la tela es negra, basta con dejarla a 40 grados.
Si hablamos de manchas antiguas y graves, entonces debes prestar atención a otros métodos de lavado.
No puedes hacer esto sin remojarlo previamente.
Por ejemplo, una solución con amoníaco es eficaz. En 5 litros de agua caliente es necesario diluir 3 cucharadas de amoníaco y aceite vegetal, 5 cucharadas de bicarbonato de sodio. Las toallas deben dejarse en esta solución durante 2 a 4 horas.
Después de esto, los textiles deben lavarse de la forma habitual.
Otra opción consiste en un remojo previo durante 12 horas.
Para ello diluye 5 cucharadas de sal y otras 3 cucharadas de aceite de girasol refinado en 5 litros de agua caliente. Después de este procedimiento, las toallas se deben lavar de la forma habitual y secar al aire libre.
Anteriormente te contamos cómo lavar toallas suaves y esponjosas.