¿Sabías que incluso la ropa de cama tiene su propia “fecha de caducidad”?
Este indicador determina el tipo de tejido con el que se confeccionan las sábanas, fundas de almohada y edredones.
Por ejemplo, si compraste un juego de franela, te durará de 3 a 5 años. Los juegos de cama de algodón se pueden utilizar durante 7 a 9 años y los de satén, entre 8 y 10 años.
Por último, la más duradera es la ropa de cama de seda. No pierde sus propiedades hasta por 15 años.
Es cierto que podemos hablar de tal "esperanza de vida" de la ropa sólo si se almacena correctamente.
Por lo tanto, para evitar la aparición de olor a humedad, no conviene empacar cosas en bolsas de plástico.
En el estante de un armario o cómoda solo se deben colocar prendas que hayan sido cuidadosamente secadas al aire libre y planchadas. Esto también ayudará a prevenir olores desagradables y a mantener las cosas en buenas condiciones.
Se recomienda cambiar el método de plegado después de cada lavado o planchado. Doblar constantemente las cosas de la misma manera puede provocar la formación de arrugas en las zonas plegadas, lo que acelerará el desgaste de los productos.
Las personas con alergias deben colocar la ropa en fundas de tela o en recipientes cerrados pero transpirables. Esto ayudará a evitar la acumulación de polvo y alérgenos en las cosas.
Antes de guardar cosas en un cajón o armario, conviene darles la vuelta para que el lado derecho quede hacia dentro y no esté sujeto a abrasión. Esto también ayudará a mantener las cosas en mejores condiciones durante más tiempo.
Anteriormente hablamos del lugar más sucio de la casa, que mucha gente ni siquiera piensa en limpiar.