Lo primero que hay que tener en cuenta son las pérdidas; es importante determinar si será mejor en otra posición.
Muchos de nosotros, tarde o temprano, empezamos a reflexionar sobre lo bueno que es para nosotros nuestro lugar de trabajo actual.
En la mayoría de los casos, el empleado siente estrés e incomodidad: piensa que estará mejor en otra empresa.
Pero antes de renunciar, es mejor analizar la situación.
¿Qué preguntas deberías hacerte?
Aquí hay algunos puntos.
- ¿Es el trabajo la principal causa del estrés? A veces suceden eventos en la vida que provocan mal humor.
- ¿Estoy haciendo frente a la cantidad de trabajo? Analiza tu jornada laboral y descubre si puedes completar tareas.
- ¿Es posible mejorar las condiciones laborales? Quizás valga la pena hablar con tu jefe.
- Salario. Evalúa el salario medio del mercado y compáralo con el tuyo.
- ¿Qué perderás si renuncias? Considere no solo el dinero, sino también otros beneficios: equipo, paquete social, etc.
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