Un rallador es una herramienta de cocina importante que ayuda en el proceso de preparación de una amplia variedad de platos.
Si bien utilizar este producto es sencillo, el proceso de lavado del rallador es bastante complicado.
Incluso los detergentes y raspadores de hierro más duraderos no siempre cumplen con la tarea.
Como resultado, pequeñas partículas de comida pueden permanecer en el rallador durante mucho tiempo. Esto perjudica el proceso de cocción.
Ciertamente, esto no significa que deba buscar un nuevo rallador. Existe un método de limpieza sencillo que hará el trabajo perfectamente y su equipo quedará como nuevo.
Sólo necesitas coger un producto y frotarlo.
Hablamos de patatas crudas, que recogerán todos los restos de productos anteriores y devolverán al rallador su aspecto anterior.
Al final del procedimiento solo queda enjuagar el rallador con agua. Como resultado, los trozos de patata saldrán fácilmente de los agujeros y no permanecerán en ellos, como ocurre, por ejemplo, con el queso o la cebolla.
Anteriormente te contamos por qué se necesita el lado espinoso de un rallador.