Todos los días, después de la oración de la mañana, los monjes budistas limpian durante 20 minutos.
Cada uno tiene su propia tarea: algunos lavan los platos, otros barren o limpian el polvo.
Pero lo sorprendente es que todos limpiamos de esta manera. Pero hay una pequeña pero significativa diferencia.
Averigüemos qué secretos de limpieza pueden revelar los monjes budistas.
Todo es cuestión de disciplina
La cuestión es que limpian durante exactamente 20 minutos, ni más ni menos. En otras palabras, simplemente abandonan incluso el trabajo inacabado después de este período.
Pero durante este tiempo no se distraen con nada más que limpiar. La actitud hacia el proceso también es muy importante: los monjes lo perciben como una especie de meditación.
Pero muchos de nosotros creemos que la limpieza es una fuente de estrés y una pérdida de tiempo.
Anteriormente, escribimos sobre formas de deshacerse del corrosivo olor a pescado.