Hay esponjas para lavar platos en todos los hogares.
Por lo general, se pueden ver en la cocina cerca del fregadero, pero las amas de casa experimentadas pueden tener una esponja en el refrigerador.
Esto puede parecer extraño a primera vista, pero en realidad es un truco útil que debes tomar en cuenta.
El hecho es que una esponja limpia y seca, que se encuentra en el estante del frigorífico, ayuda a combatir la condensación y absorbe todo el exceso de humedad.
Como resultado, las frutas y verduras se almacenan durante más tiempo en excelentes condiciones.
Además, cabe señalar que una esponja lavavajillas porosa también puede eliminar los olores desagradables.
Pero aquí necesitas hacer un truco.
Primero, la esponja se debe humedecer generosamente en una solución de vinagre o refresco.
Vale la pena enfatizar que no se deben lavar los platos con una esponja de este tipo después de la refrigeración.
En este caso, los gérmenes sólo se pueden propagar a través de platos y tazas.
Anteriormente te contamos con qué frecuencia debes cambiar las esponjas para lavavajillas.