La forma más sencilla consiste en utilizar un detergente lavavajillas normal.
Llena la bandeja de horno con agua, añade unas gotas del producto y luego déjalo reposar durante una hora y media. Luego ya solo queda quitar la grasa y la placa con una esponja.
Si la contaminación es más grave, conviene utilizar métodos tradicionales.
Para ello, prepare vinagre de mesa y bicarbonato de sodio.
Estos componentes deben diluirse con agua y verterse en una bandeja para hornear. Después de media hora, se debe lavar la solución.
Además, en este caso es relevante el uso de peróxido de hidrógeno.
El componente líquido debe mezclarse con refresco para formar una pasta.
Para una mayor eficacia, puedes añadir un poco de detergente lavavajillas a la composición.
También es importante mantener las proporciones de todos los ingredientes.
Para 100 g de refresco necesitarás tomar 2 cucharadas de peróxido, así como otra cucharadita de líquido para lavar platos.
El producto se debe aplicar sobre la superficie contaminada, y al cabo de unas horas se puede retirar con una esponja.