Cosas así requieren un cuidado especial.
Las camisetas y pantalones deportivos se suelen lavar a baja temperatura, que no debe superar los 40 grados.
Si el agua está más caliente, el material puede dañarse.
Además, hay que tener en cuenta que el polvo no siempre se disuelve bien en agua tan fría. Como resultado, es posible que no se elimine de la tela con el lavado, sino que deje rastros y, en algunos casos, incluso provoque reacciones alérgicas. Por tanto, es mejor elegir cápsulas o gel para lavar.
En cuanto a agregar acondicionador, en una situación en la que el chándal está hecho de tela de algodón, dicho producto adicional no lo dañará.
El lavado debe realizarse a velocidad mínima.
Es mejor secar la ropa deportiva al aire libre. Pero es importante asegurarse de que las cosas no queden expuestas a la luz solar directa.
Además, esta ropa no debe dejarse sobre aparatos de calefacción. La calidad de la tela solo se verá afectada por esto.