A pesar de su aparente sencillez, el lavado de ropa, como cualquier otro proceso, también tiene sus propios matices.
Hoy te contamos las reglas inquebrantables que debes tener en cuenta cada vez que pretendas devolver la limpieza a las prendas de tu guardarropa.
Primero, destruyamos el mito popular según el cual la ropa sucia se puede colocar inmediatamente en el tambor de la lavadora.
No puedes hacer esto, y he aquí por qué: si realmente quieres deshacerte de las manchas, primero debes usar métodos de eliminación de manchas manuales, y solo después de que se hayan "implementado" con éxito puedes usar el lavado a máquina.
Tenga en cuenta que, por regla general, se utiliza agua fría o ligeramente tibia para eliminar las manchas.
Al mismo tiempo, no frote la tela; esto solo manchará la suciedad y dañará las fibras. En cambio, tan pronto como aparezca suciedad, séquela con una servilleta; será mucho más fácil eliminar esa "marca" en el futuro.
Por último, permítenos recordarte otra simple verdad: los sintéticos son más fáciles de lavar que el algodón o, por ejemplo, el lino.
La razón está en la estructura del material, ya que las fibras sueltas absorben la suciedad más rápidamente. Esto lleva a la conclusión: al lavar productos elaborados con tejidos naturales, es recomendable utilizar componentes más activos.
