Si quieres que la sartén de hierro fundido que compraste te sirva fielmente durante décadas, y en el futuro sea utilizada por tus nietos, no olvides que después de adquirirla tendrás que “hacerle un poco de magia”.
El primer paso, por supuesto, es desembalar.
Después de esto, coloca la sartén en la estufa y vierte sal en el fondo, luego calienta la sartén a fuego medio-alto durante 20 minutos.
¿Cómo saber cuándo se puede completar el trámite? La pista será el humo o, más precisamente, su ausencia: una vez completada la calcinación, el humo deja de salir.
Por cierto, debido a la posibilidad de que haya humo en el apartamento, así como al no muy agradable olor a humo, piense en la posibilidad de realizar esta “operación” al aire libre, sobre la llama de un fuego.
Otro punto importante: al calcinar, no tapar los platos con una tapa.
Ahora puedes apagar el fuego y esperar hasta que la sartén y la sal se enfríen.
Después de esto, elimine la sal, lave bien la sartén y séquela. Ahora puedes utilizarlo de forma segura para preparar tus platos favoritos.