Un melón maduro y dulce puede sustituir fácilmente el almuerzo o servir como tentempié saciante y saludable si no está verde.
Sin experiencia, elegir melones en el mercado o en una tienda no es la tarea más sencilla. Y el hecho de que el verano esté llegando a su fin no es todavía motivo para coger todo lo que tengamos a mano.
Te contamos a qué debes prestar atención a la hora de elegir un melón, porque muchas veces la gente presta atención a las cosas equivocadas.
El consejo más sencillo es comprar siempre verduras y frutas al mismo vendedor. En este caso, el riesgo de engaño es mínimo. Pero hay que intentar encontrar un distribuidor concienzudo.
Consejo #1: Grietas y daños
Mucha gente confía en que basta con hacer una abolladura, una grieta o un corte y el melón está listo para comer. Cualquiera que sea el caso. Todos estos daños sirven como puerta de entrada para bacterias peligrosas, que pueden provocar intoxicación alimentaria.
Consejo n.º 2: compruebe si está maduro
En primer lugar, es un color uniforme y rico. El melón debe estar amarillo (no verde) y libre de manchas (especialmente marrones).
En segundo lugar, es necesario comprobar la elasticidad de la fruta: cuando se presiona, el melón debe saltar ligeramente y no estar duro, es decir. Las abolladuras deben nivelarse.
Luego puedes tocar: la fruta madura emite un sonido sordo.
Consejo #3: ¿Dónde está la cola de caballo?
Es mejor que el melón tenga rabo y esté completamente seco.
Después de esto, puedes oler el melón. La fruta madura debe tener un aroma persistente.
Si no hay ningún olor o apenas se siente, lo más probable es que el melón sea verde y no dulce. Un olor fuerte puede indicar que el melón está demasiado maduro.