El verano es la estación favorita de muchas personas, generalmente asociada con el clima cálido y otras delicias.
Sin embargo, hay otro componente, lamentablemente, integral de los días y las noches de verano: los mosquitos.
Por esta razón, los escaparates de las tiendas modernas están revestidos con todo tipo de medios que prometen derrotar a los insectos chupadores de sangre.
Lo que falta aquí: repelentes, velas y fumigadores...
Hemos enumerado sólo una pequeña parte del rico surtido, pero ya se puede decir una cosa: todos los productos enumerados tienen en común el hecho de que son una fuente de productos químicos nocivos y, además, tienen un precio muy decente.
Pero hay una salida: utilice un repelente de mosquitos tan natural y, lo más importante, económico como la hoja de laurel.
Debe colocarse en el fumigador en lugar de las placas especiales y conectarse a la red de la misma manera: la especia arderá lentamente y liberará aceites esenciales.
Los éteres en el aire son completamente seguros para las personas, pero no son del agrado de los insectos que pican.