Sin lavadora, debes admitirlo, sientes que no tienes manos. Sin embargo, esta no es una compra que pueda permitirse fácilmente cada uno o dos meses.
Por eso conviene tener cuidado de que los electrodomésticos no se estropeen.
Los principales “enemigos” de una lavadora son el agua, que a veces puede ser increíblemente dura, y los detergentes utilizados.
Para proteger el dispositivo de posibles efectos nocivos, utilice el ácido cítrico más común.
Vierte el “limón” en el compartimento de polvo y selecciona un ciclo de lavado completo a temperatura máxima. Como regla general, este es el modo "algodón" y la temperatura del agua es de 90 grados.
Para una lavadora normal con una carga de 3,5 kg son suficientes 4 sobres de ácido cítrico de 15 g.
Vale la pena realizar dicho procedimiento preventivo una vez cada tres meses.
Gracias a esta sencilla operación para eliminar la placa, podrás estar seguro de que las diversas impurezas del agua no dañarán la lavadora, por mucho que se esfuerce.