Si eres un padre feliz de pequeños bromistas, tarde o temprano tendrás que enfrentarte a un problema como el de masticar chicle pegado a los muebles.
Seamos honestos: a veces los adultos dejan el chicle en la mesa y se olvidan.
La sustancia viscosa no pierde el tiempo y queda firmemente adherida a la superficie.
Si se arranca sin piedad, existe un alto riesgo de que los muebles se deformen.
En tal situación, te recomendamos utilizar la vaselina más común, que es fácil de encontrar en tu farmacia más cercana.
Aplícalo sobre el chicle, no importa si todavía está fresco o ya seco, y déjalo reposar un rato.
Sin embargo, en el caso de manchas viejas, tendrás que trabajar un poco, frotando con cuidado vaselina en el chicle.
Gracias a la vaselina podrás convertir el chicle en una masa plástica, cuya eliminación de restos no será difícil.