Durante el proceso de cocción, las amas de casa tienen que realizar muchas manipulaciones diferentes.
Uno de estos procedimientos obligatorios es pelar los dientes de ajo de las cáscaras que se adhieren firmemente a ellos.
Y además de las abundantes verduras, en la cocina hay mucho de todo que hay que tocar de vez en cuando: caballa ahumada, cebollas y algunos tipos de queso... Podría seguir hablando durante mucho tiempo.
Pero el ajo es quizás el más “huele mal” de toda esta larga lista.
Pero incluso un olor tan persistente puede combatirse con el producto del que queremos hablarte.
Lo destacable es que no le costará ni un centavo, porque es esencialmente un producto de desecho.
No nos andemos con rodeos: estamos hablando de los posos de café más comunes.
Resulta que si te frotas las manos con él, podrás eliminar fácilmente cualquier olor. Por eso no debes tirar el café. En su lugar, sécalo y guárdalo en una caja junto al fregadero.