Antes de congelar las verduras, debes preparar el refrigerador y descongelarlas es el primer paso.
Si hay mucho hielo congelado en el congelador, esto puede provocar un olor desagradable.
Si no quieres esperar hasta que el hielo se derrita por completo, puedes acelerar este proceso.
Todos sabemos que en invierno los limpiaparabrisas espolvorean sal sobre los caminos helados y todo comienza a derretirse ante nuestros ojos.
No llenaremos el congelador con sal, pero prepararemos una solución: tomar 300 ml de agua, agregar 2 cucharaditas de sal y remover hasta que se disuelva.
Si desea deshacerse del olor desagradable, se recomienda agregar 20 ml de jugo de limón o ácido cítrico.
Después de quitar el hielo, se recomienda desinfectar la cámara con clorhexedina; 100 ml son suficientes.
Junto con las botellas, puedes llevar una botella con atomizador para utilizar la solución de la manera más eficiente posible. En tan solo un minuto, la sal empezará a actuar, ¡sólo queda recoger los trozos de hielo!