Mientras que algunas amas de casa no pueden encontrar la fuerza para comenzar a "generalizar" el apartamento, otras simplemente no dejan de lado los harapos.
Sin embargo, nadie ha cancelado todavía la regla de la media dorada.
Por eso, hoy es el momento de hablar de que un cuidado excesivo puede, lamentablemente, causar daños irreparables a tu interior.
Hablemos del espejo: definitivamente no debes lavarlo con demasiada frecuencia.
El daño del lavado frecuente de un espejo.
El caso es que las partículas de detergente pueden privar a la superficie de su brillo y volverla opaca y turbia.
Con el tiempo, un cuidado tan excesivo puede provocar la formación de antiestéticos puntos negros a lo largo de los bordes e incluso en el medio, lo que sin duda afectará a la funcionalidad de la superficie reflectante.
No crea que el uso de un paño suave puede "suavizar el golpe"; incluso en este caso, quedan arañazos microscópicos y daños en el espejo.
E incluso si no son visibles a simple vista, la calidad del producto empeorará.
Cuando lavar un espejo
Debe comenzar a limpiar la superficie del espejo no más de una vez por semana durante la limpieza general. Como opción, recurra al uso de productos químicos domésticos y remedios caseros a medida que se ensucien.
Gracias a estas sencillas medidas podrás evitar posibles consecuencias negativas.