Algún tiempo después de comprar una sartén nueva, las amas de casa, para su disgusto, comienzan a notar que los platos han comenzado a quemarse.
Incluso una esponja de metal, que suele utilizarse en tales situaciones, no ayuda a corregir la situación.
Sin embargo, hace décadas, cuando no era costumbre “tirar” los platos, a los cocineros se les ocurrió una manera de revivir cualquier sartén.
Nos apresuramos a compartirlo contigo.
Entonces, para solucionar el problema, en primer lugar, lave bien la sartén con agua y refresco, luego espere hasta que se seque y póngala al fuego.
Llena el plato con sal gruesa para que cubra todo el fondo y caliéntalo durante 5-10 minutos, revolviendo continuamente.
Cuando haya pasado el tiempo indicado, retiramos la sartén del fuego y eliminamos la sal, con destreza, con un paño húmedo.
Vuelve a colocar el recipiente al fuego, esta vez llenándolo con aceite vegetal. Trate bien el fondo y las superficies laterales, y después de 5 minutos apague el fuego y deje la sartén a un lado hasta que se enfríe por completo.
Todo lo que queda es enjuagar la sartén con agua corriente y podrás usarla para crear tu próxima obra maestra culinaria.