Las toallas son elementos imprescindibles en todo hogar que necesitan un cuidado adecuado.
Las toallas deben lavarse periódicamente para evitar que huelan mal, pierdan color o se pongan rígidas.
¿Cómo mantener las toallas suaves y esponjosas después del lavado? Hay varias recomendaciones que te ayudarán con esto.
El primer consejo es elegir el detergente adecuado.
Es mejor evitar los polvos y utilizar detergentes líquidos que no dejen residuos en la tela. También puedes agregar un poco de refresco o sal al detergente, lo que potenciará el efecto limpiador y refrescará el color.
El segundo consejo es lavar las toallas con agua caliente y enjuagar con agua fría.
El agua caliente ayudará a matar las bacterias y gérmenes que pueden provocar malos olores. El agua fría ayuda a cerrar los bucles del tejido y a mantener la suavidad y el volumen.
El tercer consejo es no sobrecargar el tambor de la lavadora. Las toallas deben lavarse por separado del resto de prendas y el tambor no debe llenarse al máximo de su capacidad. De esta forma las toallas se lavarán mejor y no se deformarán.
El cuarto consejo es evitar el uso de suavizantes. Pueden dejar una capa cerosa en las toallas, lo que las endurece y reduce su absorbencia.
En lugar de suavizantes, puedes usar vinagre o jugo de limón, que se agregan durante el enjuague. Ayudarán a que las toallas sean suaves y fragantes.
El quinto consejo es secar bien las toallas. Lo mejor es secar las toallas al aire libre o en un área bien ventilada. No se recomienda utilizar secadora ni radiador caliente ya que esto puede dañar la tela y endurecerla.
Después del secado, las toallas se pueden rizar o peinar ligeramente para abrir los bucles y darles volumen.
Si sigue estas sencillas pautas, podrá mantener sus toallas suaves y esponjosas durante muchos años.