Las amas de casa tienen varios malos hábitos que arruinan sus electrodomésticos. Uno de los más comunes es descuidar la lectura del manual de instrucciones del equipo.
Y si hablamos específicamente de una lavadora, muchas personas abusan de una función: el modo de lavado rápido. Estos ahorros no conducirán a ningún bien.
Te contamos por qué no siempre debes utilizar el modo de lavado rápido.
La cuestión no es que este programa no lo lave todo y no siempre, sino que además el polvo es difícil de enjuagar. Lo peor es que esto no beneficia a la lavadora.
Por qué no
El modo de lavado rápido no está diseñado para un uso regular, ni siquiera para lavar, sino para refrescar la ropa limpia que se ha usado 1 o 2 veces.
En otras palabras, se trata de un ciclo de lavado incompleto, después del cual pueden quedar manchas en la ropa o manchas de detergente en polvo.
Además, el lavado se realiza a 30-40 grados, lo que no permite contar con la lucha contra las bacterias, que comienzan a morir solo a temperaturas de 60 grados o más.
Debido a esto, puede establecerse un ambiente patógeno en los compartimentos de la lavadora. Aparecerá un olor desagradable debido a hongos y bacterias.
Para evitar que esto suceda, se recomienda realizar el lavado a 60-90 grados al menos una vez cada 2 semanas o limpiar el equipo con regularidad.