No todas las amas de casa pueden mirar con indiferencia una placa sucia o unas sartenes llenas de hollín.
La naturaleza inquieta no da descanso ni a brazos ni a piernas y, obedeciendo a sus instintos, el ama de casa agarra trapos, productos de limpieza y otros medios para restablecer el orden.
Resulta que no todo es tan bueno en este sentido y muchos hábitos no tienen nada que ver con el sentido común. Te contamos qué cosas puede dañar la limpieza frecuente.
Cacerola
Para lavar tu sartén con menos frecuencia, sólo necesitas cuidarla adecuadamente. Incluso los utensilios de cocina de hierro fundido no deben frotarse con esponjas metálicas ni cepillos duros. No se deben hervir utensilios de hierro fundido con detergentes líquidos que contengan fragancias. Los platos pueden absorber olores extraños.
Lámina
No debes fregar la estufa con detergentes todos los días a menos que se hayan formado manchas permanentes. Lo mismo ocurre con el horno. Puede intentar utilizar remedios caseros en lugar de productos químicos, o hacer un truco y cubrir la estufa con papel de aluminio o tapetes de silicona.
Cortinas
Algunas amas de casa lavan las cortinas con regularidad, otras se conforman con una aspiradora. De hecho, si la situación no es crítica, sería mejor prescindir del lavado, que se realiza no más de dos veces al año. De lo contrario, puede suceder que algún día la tela se encoja y no quede nada que dejar a un lado y hacer el dobladillo.
Muebles
No existe nada que pueda evitar la aparición de polvo en la superficie. Si limpia o frota constantemente las cómodas y los gabinetes con compuestos "mágicos", puede arruinar la superficie o darse cuenta de que después de dicha limpieza, el polvo es atraído hacia los muebles como un imán. Es mejor realizar una limpieza húmeda con regularidad.