La gente tenía miedo de cruzar el umbral porque pensaban que allí vivían los espíritus de sus antepasados.
Enterraban las cenizas de los muertos en el umbral para proteger su hogar.
Si alguien pasaba un objeto por encima del umbral, podría enojar a los espíritus o darles felicidad y riqueza. También corría el riesgo de arruinar el artículo o su relación con la persona a quien se lo regalaba.
Por lo tanto, la gente salió o se les permitió entrar a la casa para entregar el artículo.
Pero no todas las supersticiones asociadas con el umbral son negativas.
Por ejemplo, en algunas regiones de Rusia existe la tradición de llevar a la novia a través del umbral el día de su boda.
Esto se hace para protegerla de los espíritus malignos que puedan estar esperándola en el umbral de su nuevo hogar. También se cree que llevar a un niño a cruzar el umbral la primera vez que viene a visitar a alguien le traerá buena suerte y salud.
Las supersticiones sobre traspasar umbrales siguen vivas en nuestra sociedad, aunque no con tanta fuerza como en el pasado.
Mucha gente sigue esta regla por respeto a las generaciones mayores o por costumbre.
Sin embargo, no hay evidencia científica de que traspasar un umbral tenga algún efecto en el destino de una persona o en sus relaciones con los demás. Por tanto, cada uno decide por sí mismo si creer en esta superstición o no.