A menudo, la encimera se cubre con manchas de diversos orígenes.
Y si algunos de ellos son fáciles de eliminar simplemente pasando una esponja húmeda por la superficie, otros no se van a rendir tan fácilmente.
Por ejemplo, los platos que se dejan sobre la mesa pueden provocar la formación de óxido, que no se puede limpiar con una servilleta.
En este caso, te vendrá bien un corcho que se utiliza para sellar botellas de vino y aceite vegetal.
Sumerge el tapón en el aceite y frótalo sobre las zonas manchadas. Si las manchas tienen más de un día o incluso un año, tendrás que renovar varias veces el corte del corcho y humedecerlo con aceite vegetal.
Si no tienes los "ingredientes" necesarios a mano, el jugo de limón vendrá al rescate.
Corta un limón por la mitad y frota bien la encimera con él.
Por cierto, la opción con cítricos es adecuada incluso cuando es necesario eliminar las manchas de óxido de la ropa. Sin embargo, antes de comenzar a lavar, se recomienda probar el efecto del limón en un área discreta.