Puedes devolver el tul amarillento a su blancura original sin necesidad de acudir a la tintorería.
Para ello necesitarás sal normal. Todo lo que tienes que hacer es enjuagar las cortinas con agua tibia y escurrirlas ligeramente, y luego comenzar a preparar la solución de remojo.
En un recipiente lleno de agua caliente, agregue una pequeña cantidad de detergente en polvo y ese ingrediente tan secreto: un puñado de sal de mesa.
Solo queda colocar el tul en una solución salina, donde permanecerá durante la noche.
Cuando llegue la mañana, lava las cortinas con agua tibia y podrás admirar su deslumbrante blancura.
Si por alguna razón este método no le conviene, utilice otra opción, que requiere 2 cucharadas de peróxido de hidrógeno al 3% y 1 cucharada de amoníaco.
Vierta la cantidad requerida de los ingredientes indicados en un balde esmaltado lleno de agua caliente y sumerja aquí el tul.
El tiempo de blanqueo es de solo 15 a 30 minutos, después de lo cual las cortinas deben enjuagarse bien.