Es una pena tirar el ajo, especialmente aquellas frutas que se cultivaron en su propio jardín.
Las verduras se pueden almacenar durante mucho tiempo, pero para ello es importante mantenerlas en óptimas condiciones. Estamos hablando principalmente de la temperatura del aire y los niveles de humedad.
Si se violan las reglas de almacenamiento, el ajo comenzará a pudrirse y después de un mes no quedará ni un solo diente comestible.
Las amas de casa experimentadas saben cómo mantener las verduras sabrosas y frescas incluso en los casos en que ya han comenzado a pudrirse.
Primero hay que deshacerse de las zonas dañadas. Simplemente se cortan hasta obtener una pulpa sana.
Luego, las cabezas se sumergen en agua, se colocan en un frasco de vidrio y se llenan con aceite vegetal. El recipiente se cierra y se coloca en el frigorífico. Las amas de casa dicen que el ajo se puede conservar de esta forma durante varios meses.
Una vez agotada la verdura, el aceite se puede utilizar para freír o hacer ensaladas. Adquirirá un ligero aroma a ajo, que sólo beneficiará a los platos.
