Los recipientes de vidrio que anteriormente contenían salsa, yogur o mantequilla son bastante problemáticos de limpiar desde el interior.
Pero tampoco querrás tirar las botellas, porque son ideales para organizar el almacenamiento.
Por lo general, para deshacerse de los restos de líquido espeso, las amas de casa utilizan un cepillo especialmente creado para este fin.
Pero lo malo es que éste está lejos de ser un elemento de menaje que se pueda encontrar sin problemas en cualquier cocina.
Si se enfrenta a una situación similar, no se apresure a darse por vencido.
Lo principal es que tengas un cepillo de dientes usado a mano; lo convertiremos en un cepillo casero.
Calienta la parte posterior del cepillo al fuego hasta que el plástico se vuelva plástico, y luego dobla con cuidado el cepillo para que las cerdas se conviertan en una especie de “abanico”.
De esta forma crearás una herramienta que afrontará perfectamente cualquier tipo de contaminación.